La cuarta semana de marzo durante el año 2019 por la Autopista Central se registró la circulación de 11.186.018 vehículos livianos y pesados.
Esta siituación es diametralmente distinta según lo informado por el Ministerio de Obras Públicas el 1 de abril recién pasado, donde se realizó la comparativa con la cuarta semana de marzo del año 2020, visualizando una baja de vehículos que circularon por la misma Autopista Central que alcanza el 42% de disminución en el flujo vehicular, conduciendo por ella tan solo 6.440.057 vehículos.
Situaciones mucho peores se registran en otros tramos y autopistas de la capital. El Radial Nororiente sufrió una disminución del 73% de flujo vehicular. Si analizamos por días y horas de alto tránsito, alcanzando por momentos una disminución de hasta el 90% en el flujo de algunas autopistas.
Todas las cifras mencionadas reflejan el impacto que las medidas adoptadas contra el COVID-19 como cuarentenas y cordones sanitarios impuestos por la autoridad competente, han tenido en el tránsito de la capital de nuestro país.
Frente a la notable baja en la circulación de automóviles por las autopistas capitalinas hay un problema que surge con un ítem particular: el precio de los pórticos en horario punta y horario de saturación.
Las autopistas pueden aumentar sus tarifas por kilómetro en horarios de mayor flujo de autos para desincentivar el uso de las vías, y evitar congestión o reducción de velocidad de los autos que utilizan la autopista. El problema en cuestión es que, por las medidas de contingencia no se justifica la existencia de un horario punta y el respectivo aumento en las tarifas de los pórticos, facultad que las concesionarias no quieren dejar de aprovechar.
Así, en horario valle un pórtico cobra $74 por kilómetro, al pasar a horario punta aumenta a $143, sufriendo un segundo aumento si pasa a horario de saturación (cuando las velocidades de los vehículos no supera los 50km/h) estableciendo el precio en $217 por kilómetro.
Ante tal problema existen dos frentes que analizan la situación acorde a sus intereses. Por un lado, la población y parte de las autoridades exigen una reducción del precio de los pórticos debido a que no existe tal congestión ni transito lento.
Por el otro lado, los ejecutivos de las autopistas concesionadas lamentan la situación vivida por el país y califican como un momento sumamente delicado lo que viven las compañías, sumado a que el contrato con el Ministerio les permite dicho cobro. Los empresarios del sector pronostican que la poca circulación de vehículos no les permite siquiera cubrir los costos operacionales.
Para los automovilistas es relevante contar con la información de que los precios establecidos por contrato no se modificarán hasta la modificación de estos, y sigue siendo necesario el pago de las multas de TAG. La contingencia permite un flujo vehicular más agradable y mejores experiencias en el uso de las vías concesionadas, pero no obsta el cumplimiento de la obligación de pago por su uso. El llamado es a utilizar las vías con responsabilidad, tomar todas las opciones disponibles.
Para saber más de las multas TAG y como poder acceder al beneficio de condonación de deuda, en nuestra página hay un interesante artículo sobre el procedimiento para acceder al descuento de deuda.
Javier Estay Soza – Abogado Asesor