En los últimos años, el uso recreativo de vehículos motorizados —como cuatrimotos, motocicletas o vehículos todo terreno— en playas, dunas, humedales y otros sectores del bordecostero se ha convertido en una práctica frecuente, pero profundamente dañina. Esta actividad no solo altera ecosistemas frágiles y pone en riesgo especies protegidas, sino que además compromete la seguridad pública. En este artículo analizamos el marco normativo aplicable, los vacíos existentes y las propuestas orientadas a establecer una fiscalización más efectiva y sanciones claras para este tipo de infracción.
Multas por transitar en playas y zonas medioambientales protegidas
